¿Sabías que el cloro de las piscinas es perjudicial para nuestros dientes?
En muchos casos el bañista puede verse perjudicado por este componente, y es que puede dañar algunas partes de nuestro cuerpo como son la piel, ojos, oídos incluso dientes.
El pH de la piscina y el que contiene nuestra saliva no es el mismo. Esta diferencia hace que los efectos del cloro sean mayores en nuestra boca.
¿Qué consecuencias tiene?
Erosión dental: el pH de la piscina se puede volver más ácido por la falta de cloro y es lo que nos puede producir la erosión dental.
Sensibilidad: Si se erosiona el esmalte, el diente se debilita y la dentina puede exponerse en los casos más graves, produciendo problemas de sensibilidad y dolor al frío o al calor.
Sarro: Se puede formar en nuestros dientes a partir de las proteínas de la saliva descompuestas de forma acelerada por un pH alto o alcalino del agua de la piscina.
Dientes manchados: Es más habitual la aparición de manchas de tonalidad negra y marrón en los dientes en las personas más aficionadas a la natación.
¿Qué te recomendamos?
Te aconsejamos usar protector bucal en las piscinas, hacer un enjuague bucal con agua potable justo después del baño y no olvidar un buen cepillado de dientes.
¡Reduce el consumo de alimentos que contribuyan a la erosión dental, bebe mucha agua y disfruta de tu baño en la piscina!
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